No se trataba de un evento más sobre teletrabajo

Nota publicada en el boletín Teletrabajando del 5 de septiembre de 2014 en clic aquí



No se trataba de un evento más sobre teletrabajo

...somos responsables de estar en consonancia con la realidad que tenemos con las TIC
No se trataba de un evento más sobre teletrabajo, se trataba de coincidir en la presencialidad con varias personas que las has visto a través de las redes sociales, que has leído sobre ellas y sobre sus productos de investigación.  En algunas ocasiones incluso, has tenido la oportunidad de hablar a través de Skype y compartir impresiones sobre las temáticas relacionadas con el teletrabajo.

Por eso, creo que el Telework Colombia 2014 fue como un “retiro espiritual”, entendido como un encuentro en el que te consagras a debatir, a formular, a escuchar las diferentes perspectivas sobre el tema que te apasiona, pero también tienes la oportunidad de socializar, de sonreír, de compartir y de conocer a otros interlocutores interesados también en esta modalidad laboral.

En cuanto a lo académico, la reflexión central estuvo relacionada sobre la educación, cómo la academia desde los niveles básicos debe estar a tono con la era de la información, con la sociedad a la que está formando.  De esta manera es posible cambiar el chip sobre la forma de trabajar, sobre manejar la virtualidad, sobre la forma de adaptarse al cambio de siglos de presencialidad, que con la revolución digital, se enfrenta a dinámicas desconocidas.

Somos privilegiados por estar viviendo esta etapa de cambios tan radicales en la producción de la información vista desde todos los puntos de vista, pero también somos responsables de estar en consonancia con la realidad que tenemos con las TIC. Es en esto que nos tenemos que centrar para no reiterar en dinámicas que ya no funcionan con este nuevo modelo.

La Declaración de Santa Marta nos deja los lineamientos para continuar el camino que desde hace varias décadas comenzó a trazarse, pero somos los directos implicados en el proceso de evolución y en que el discurso del teletrabajo se incorpore en el imaginario colectivo.  Sin duda, lo que sigue es un paso de ciudadanía.
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