Teletrabajar requiere de confianza

Por Sonia Boiarov Cuando empezamos a teletrabajar algunos jefes quieren aplicar controles similares a una supervisión presencial, pero ¿es posible? Cuando en una empresa se decide empezar a teletrabajar comienzan las dudas sobre cómo será el control de una persona que no vemos. También aparece la desconfianza: ¿estará trabajando? Muchas organizaciones proponen que el teletrabajador realice una o dos veces por semana el trabajo a distancia, por lo general en su casa. Ello implica una flexibilización en el espacio de trabajo, el cual puede ser más aceptado por los ahorros que representa para la empresa, y también para evitar los traslados de los empleados, bajar el nivel de estrés y aumentar su productividad. Pero cuando se habla de flexibilizar horarios, parece estar menos aceptado. Muchas compañías prefieren que el teletrabajador cumpla el mismo horario que cuando va a la oficina. Se pone incluso más difícil si se pagan horas extras al puesto que se va a deslocalizar y si el gremio tiene una presencia activa.

Tres posturas

Así es que encontramos tres posturas diferenciadas: los que no aceptarán, los que aceptarán cualquier tipo de control, y los que aceptarán pero con controles más innovadores. Los más reacios a aceptar el teletrabajo son por lo general los empleados que cobran horas extras, por temor a perderlas. Sin embargo, si el entusiasmo del teletrabajador es grande, es probable que no le importe mucho la forma en que se ejercerá este control. Basta que busque en Internet la cantidad de software que aparece con este fin, el de controlar a las personas que no vamos a ver. Esta situación es a mí entender la más grave de las tres y por ello me detendré en ella más que en las otras dos. Apple Hace poco salió una nota que leí con gran interés porque hablaba sobre el teletrabajo en Apple. Una empresa que todos reconocemos a la vanguardia de las nuevas tendencias y que suponemos de una gran actualización en los procesos de gestión modernos. Para mí sorpresa fue una gran desilusión leer el ejemplo de cómo Apple controla a sus teletrabajadores: “Para controlar que estés en el puesto de trabajo y delante del ordenador, un responsable de tu formación te va enviando mensajes que pueden ser preguntas o simples solicitudes para que rellenes algún que otro dato. Si lo llenas demuestras automáticamente que estás donde debes estar. La compañía también detecta actividad en tu máquina de trabajo basándose sólo en los movimientos del cursor: si no lo mueves durante un buen rato puede ser un indicativo de que no estás trabajando. De este modo, si se detecta que no hemos movido el ratón en un periodo de tiempo determinado, Apple pide que respondamos a una pregunta o llenemos algún dato para confirmar que estamos allí. Si no respondemos a esa pregunta, un responsable nos llama por teléfono para comprobar que estamos en nuestro puesto de trabajo. Y eso no es todo: pueden surgir videoconferencias sorpresa en cualquier momento, y nada mejor que ver a tu empleado mediante FaceTime para comprobar que cumple con las normas”. Mientras leía me preguntaba quién perdería más el tiempo, si el supuesto empleado que por un rato no mueve el mouse, o el jefe que está mirando si lo mueve. ¿Si son varios teletrabajadores? ¿Cuántos mouses tendrá que observar?

¿Privacidad?

Aunque me resultó un poco gracioso… no podemos negar esta realidad, lamentablemente los controlestipo panóptico existen y algunos de ellos atentan contra la privacidad de la vida humana. Recuerde que aunque usted no esté en la firma, eso no significa que sea invisible, ni física ni jurídicamente, pues es un trabajador y, como tal, una persona amparada por leyes laborales. En algunos casos, la lucha contra el “cibercrimen” o la “ciberdelincuencia organizada” —que ha crecido y sigue haciéndolo cada día en Internet— ha sido la excusa de controles extremos. Por ejemplo, en 2003, treinta países firmaron en Budapest la “Convención Internacional contra el Cibercrimen”, que exige a los proveedores de servicios de Internet llevar registro de las actividades desarrolladas por sus clientes. A su vez, Estados Unidos ha dictado su “USA Patriot Act”, como producto de su lucha antiterrorista, ley en la cual se arroga el derecho de rediseñar Internet para garantizar un efectivo control sobre la información. El FBI tiene un eficiente sistema “Carnivore”, con el que rastrea la información que circula a través de Internet e intercepta toda aquella que considere sospechosa, o la red Echelon, que es un programa informático cuyo objetivo es espiar las comunicaciones mundiales (correos electrónicos, faxes, comunicaciones por cable, por satélite, radio, telefónicas, etc.). Seguro que luchar contra el ciberdelito es importante, pero debemos estar atentos para que estosno atropellen los derechos individuales. Muchos teletrabajadores que se consideran personas honestas y de buena conducta ponen a disposición de su empleador, toda su información personal, en el convencimiento de que no tienen nada que ocultar, pero olvidan la manipulación que puede hacerse por parte de quienes administran esa información. Dice Manuel Castells que todo proceso está hecho de tendencias y contratendencias. A una red de libertad se le contrapone “control y vigilancia”. Pero no nos desalentemos, que también sucede a la inversa.

Controles

Cuando Jeremy Benthan, sobre fines del siglo XVIII, creó su Panopticon, en el que las celdas iluminadas estaban alrededor de una torre de vigilancia en la oscuridad, una torre que podía controlar a los presos durante las 24 horas, al mejor estilo reality, nunca imaginó que su modelo se utilizaría para identificar el desarrollo de los controles que tendría la sociedad de la información y el conocimiento. Como decíamos, el mundo laboral no ha quedado fuera de este tipo de controles. En octubre de 2000, el gobierno británico aprobó una legislación que ha concedido a los empresarios poderes expresos para interceptar las comunicaciones de sus empleados, tanto de sus correos electrónicos como de sus conversaciones telefónicas, con la excusa de que estos medios no pueden usarse para temas particulares. En Internet busque este link http://www.spectorsoft.com/ que promociona un soft para controlar a los navegantes. El Spector CNE —Corporate Network Edition— explica que, instalándolo en la computadora, se puede saber exactamente lo que el empleado ha hecho en su PC, los chats en los que participó, los mails que envió, las páginas a las que entró, etc. Por último encontramos, quienes no aceptarán controles tan estrechos como para que las empresas comprueben si le corresponden o no el cobro de horas extras.

Generación de confianza

Según el tipo de tareas y el software de gestión que se utilice, el control sobre el teletrabajador y el pago de horas extras puede facilitarse, pero ello no sucede en todos los tipos de puestos de trabajo que se pueden remotizar. Imagine trabajos como el periodismo, los traductores, los correctores, los tutores, contadores, arquitectos, etc. ¿Cómo los controlaría? La respuesta es “a través del resultado de su trabajo”, pero ello no es fácil.Ganar la confianza del jefe requiere tiempo, ser eficiente, y cumplir con lo prometido en tiempo y forma. Pero ¿qué resultado esperamos? A veces damos por sentado que el otro ya sabe. Sin embargo,enunciar lo que necesitamos no es suficiente cuando teletrabajamos. Si bien puede parecer complejo, es necesario fijar estándares del desempeño actual (¿qué hace ahora?, ¿con qué calidad?, ¿qué cantidad?) y contrastarlos con los resultados de los días en que teletrabaja. Fijar objetivos claros es parte del proceso para virtualizar el puesto y uno de los puntos principales para implementar un buen programa de teletrabajo. Un empleado de un call center, o cualquier otro tipo de teletrabajo, ¿no trabajaría conmás entusiasmo sabiendo que confían en él? ¿Usted qué piensa? ¿No sería mejor plantear un cambio cultural en jefes y empleados donde ambos se desafíen y alienten?

Nuevo management

Un nuevo management, con estrategias de dirección acordes con esta época de la información y del conocimiento necesita reconocer y confiar en los empleados, fijar claramente los objetivos a cumplir, un buen cronograma de actividades acorde a la realidad y en similares condiciones a las de cualquier otro trabajador tradicional. Repensémonos como trabajadores, dentro de un contexto donde el trabajo cambió. Es importante que nos hagamos valer y mostremos a nuestros jefes que muchas estrategias de la Sociedad Industrial ya no son trasladables a la Sociedad de la Información y el Conocimiento. Claro que va a haber de todo, controles de la sociedad industrial y líderes y empleados que están buscando nuevas formas de lograr resultados o ser más productivos, sobre la base de trabajar más tranquilos y con menos estrés, evitando la “mouse-persecución”. Estoy segura que ello se debe a que estamos en una etapa de transición organizacional y que pronto se verán formas innovadoras de trabajo en la misma relación entre el empleador y el empleado, donde se resuelva con más claridad si corresponde o no el pago de horas extras y donde la palabra “control” pase a ser cosa del pasado. Lo espero en mi oficina virtual:  http://torresdeteletrabajo.com/oficina/123/D1

* La Lic. Sonia Boiarov es consultora de empresas, Presidente de la Comisión TIC de USUARIA ,Fundadora del Centro de Teletrabajo y Teleformación de la Facultad de Ciencias Sociales- Universidad de Buenos Aires – UBA- , Directora académica de CEDTEL –Centro de Educación en teletrabajo, miembro de RedExperta y directora y creadora de las Torres de Teletrabajo, entre otros. Te invitamos a leer la Entrevista que le realizamos para la edición Nº 9 . Su correo es:sonia@boiarov.com.ar Publicado en http://www.e-neurocapitalhumano.org/shop/detallenot.asp?notid=588